Study

Cómo convertirse en un príncipe azul en 10 lec ...

  •   0%
  •  0     0     0

  • ¿Qué hacía el príncipe cuando se sentía triste?
    Se encerraba en el lavabo, miraba lleno de nostalgia el agua verdiazul del retrete y se acordaba de su querida charca.
  • ¿Ha encontrado la princesa Furina un nuevo príncipe azul?
    No, aún sigue esperándolo.
  • Cuando soltó a las ranas en su charca, ¿qué hizo la rana de bellos ojos saltones?
    Dio un salto y lo besó en los labios.
  • ¿Qué encontró el príncipe en la nevera una noche que fue a picar algo a la cocina?
    Una docena de ranas a punto para la sartén, acurrucadas las unas contra las otras, intentando calentarse.
  • ¿Cuánto tardó el príncipe en regresar a la orilla de su charca?
    Anduvo durante dos días y dos noches.
  • ¿Cómo se imagina la gente la vida de un príncipe azul? ¿Era así la vida del príncipe Didier?
    Como una vida de ensueño en la que hacía lo que quería. La vida de Didier no era así en absoluto
  • Cuando el príncipe sacó a las ranas y a los caracoles de la nevera, la princesa le chilló; pero al poco huyó gritando, ¿por qué?
    Porque los caracoles, en el suelo, arremetían contra ella con los cuernos levantados.
  • ¿Qué hacía el príncipe mientras la princesa trabajaba?
    Se encontraba en la cocina con el rey, que comía magdalenas a escondidas, y las compartía con él.
  • Cuando el príncipe corría con las ranas en los bolsillos de su bata, ¿qué gritaba la princesa Furina a sus guardias?
    ¡Coged al príncipe Didier! ¡Coged a ese maldito sapo y encerradlo en las mazmorras!
  • ¿Qué ha ocurrido desde que el príncipe se convirtió de nuevo en sapo?
    Que vive muy feliz con la ranita de ojos saltones, de la que está muy enamorado.
  • ¿Qué le decía la princesa por la noche cuando ocupaba casi toda la cama?
    Que era más grande y necesitaba más espacio que él para que reposara su organismo principesco.
  • ¿Por qué, sin haber comido apenas, el príncipe se iba rápido a cepillarse los dientes?
    Porque, cuando la princesa acababa de comer, lo miraba de manera extraña, como si estuviera dispuesta a comérselo también a él.
  • ¿Qué hacía la princesa cuando pillaba al príncipe y al rey comiendo magdalenas?
    Les gritaba que abrieran la boca, los cogía de las orejas, los acercaba al cubo de la basura y les gritaba que las vomitaran.
  • ¿Qué le dijo el rey Ferdinand al príncipe una noche en la cocina?
    Que iba a abdicar y a dejarle el trono a Furina y que él sería el nuevo rey.
  • ¿Qué hacía la princesa cuando servían los platos?
    Se lanzaba sobre ellos enseñando los dientes, engullía su comida en un periquete y luego devoraba la del príncipe.
  • ¿Cómo se comportaron los perros de la princesa al ver al príncipe?
    Lo miraron con cara de malas pulgas, como si supieran que por sus venas había corrido sangre de sapo.
  • ¿Quién se ocupaba de los asuntos del reino?
    La princesa Furina.
  • Cuando los guardias se acercaban para coger al príncipe, ¿cómo lo ayudó el rey Ferdinand?
    Le hizo un movimiento con la barbilla para que se escondiera detrás de unos pesados cortinajes y mandó a los guardias en otra dirección.
  • ¿Qué respondía la princesa cuando el príncipe osaba decirle algo sobre su comida?
    "Soy más grande que tú y necesito comer más que tú para hacer funcionar mi organismo principesco".
  • ¿Qué viaje realizan la rana y el sapo cada año en vacaciones?
    Atraviesan el bosque y visitan a su viejo amigo el rey.
  • ¿Crees que existía cariño entre el príncipe y el rey Ferdinand? ¿En qué lo has notado?
    Sí se apreciaban. Se nota en que, al despedirse se abrazan con lágrimas en los ojos.
  • ¿Te interesa ser el nuevo príncipe azul de la princesa Furina? ¿Por qué?
    Respuesta libre. Será correcta siempre que esté bien argumentada.
  • ¿Qué ocurrió cuando la rana de bellos ojos saltones besó al príncipe?
    Que un dolor atroz invadió cada milímetro de su cuerpo y se convirtió de nuevo en sapo.
  • Cuando se enteró de que iba a ser rey, ¿qué hizo por la mañana?
    Volvió a la cocina y guardó las ranas, medio muertas, en los bolsillos de su bata. También liberó a una docena de caracoles de Borgoña que se congelaban.